Verónica----
Verónica----
Verónica
Como fue, no lo recuerdo, apenas me viene gran cosa a la memoria, era otoño, llovía si llovía bastante, ya sabe Santiago en otoño llueve bastante. En fin yo cursaba un curso de filosofía y letras era de las pocas personas que habían salido de la aldea a estudiar, unas becas del estado, corría el año 1946 tenía 21 años era muy joven y guapa, pelo liso y negro, piel blanca, muy blanca y suave como la porcelana, de ojos marrones claros con un poco de rasgo oriental, nariz puntiaguda, ni muy grande ni muy pequeña vamos que me comía el mundo, y de cuerpo casi perfecto, solo fallaba que mis pechos, a mi parecer eran algo pequeños, era muy guapa, sí señor, muy guapa. Para ganarme un dinero trabajaba de chacha en una casa de unos señoritos adinerados, algo raro para esa época, pero había que sacar los estudios adelante, y vivía en un piso compartido aún más raro con dos chicas más.
Estaba sola en la casa ya que mis compañeras se habían ido a ver a sus respectivas familias, esa noche como cosa de las once de la noche sonó, golpearon la puerta tres veces, irrumpiendo mi silencio cuando intentaba leer la republica de platón un poco complicadillo de leer, era una niña, lo primero que se me paso por la cabeza, que demonios hacia una niña a esas horas, le sonreí y acto seguido le pregunte que deseaba, ella contestó que se había perdido, tenía frío y estoy empapada. La invité a entrar le prepare Cacao con leche calentita con galletitas, mientras comía y bebía le secaba su pelo rubio, largo y sedoso, la niña resultaba ser muy mona tendría siete años, unos ojos azules intensos, y piel pálida como la luna de enero. Le dije de ir a la policía pero ella me rogó no hacerlo, y yo accedí y acabe acostándola en la cama, al día siguiente, al ir a despertarla ella ya no estaba, había desaparecido, no le di más importancia, y marché a la facultad.
Al año siguiente, el mismo día, la misma hora, ella apareció no había cambiado apenas, ni parecía que habría crecido, me dijo lo mismo que se había perdido y tal como el año pasado le di de comer y la acosté, a la mañana siguiente ella desapareció. Fui a la guardia civil, ellos no tenían constancia de ninguna denuncia de una niña, y se me ocurrió ir a un hospital infantil, pero nada, no sabían de quien hablaba, y en las fotos no aparecía, ya rendida me disponía a marchar, y de repente una monja, me llamaba por mi nombre, Marica, Marica, me di la vuelta, traía una foto consigo, me la enseño, y yo entusiasmada exclame ¡es ella, si es ella! Las dos monjas se miraron, y me dijeron que eso era imposible, Verónica murió hace dos años, me quedé blanca, aún más blanca de lo que era, y me marché tan rápido como mis piernas me dejaban.
Al año siguiente volví a oír los mismos golpes en la puerta, era ella no había cambiado, en absoluto, igual que los otros años, hice lo mismo, pero la cosa cambiaba estaba aterrada, creo que llego a notarlo, pero no dijo nada, la acosté, y llena de pánico a eso de las dos de la mañana entré a su habitación en silencio, levante la sabana, estaba desapareciendo, como una nubecilla, no daba crédito a lo que veía, en su almohada escrito con letra infantil y con faltas de ortografía llegue a leer "gracias por la leche y las galletitas, pero ahora he de llevarme al infierno a las otras tres chicas, que no quisieron dejarme entrar en sus casas"
Autor: desconocido - Copyright
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.