OSCURIDAD POÉTICA DE SABRA Y EURÍDICE CANOVA
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Historia de una rosa

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 Historia de una rosa Empty Historia de una rosa

Mensaje por loki Miér Jul 10, 2013 2:00 pm

Historia de una rosa


Sobre mis manos temblorosas, tenia postrada una rosa blanca, tan blanca como la piel de esa princesa ya muerta.

Era tan delicada y frágil, que cualquier inapropiado movimiento podría deshojaría y privarla de sus pétalos, ni siquiera poseía espinas, por que ella misma se las había arrancado del tallo, así, que procure cuidado.

Pero su aroma, tan fino, era hipnotizante, su profundidad era inmensamente penetrante, y conforme a mi se adentraba, y mi alma embriagaba, mis sentidos se iban perturbando ante la sensación de inferioridad, y tuve miedo, pues mi cuerpo extasiado, se convulsionaba al percibir tan cerca su belleza increíblemente soberbia, y sus pétalos temblaban, y por un momento pensé que caerían y se destrozarían al impacto con el suelo, como si fuesen de cristal, tuve miedo de que mi intenso palpitar le hiciera daño, y que mi precipitada sudoración lo ahogara….

Quise despojarme de ella, por temor a asesinarla, quise colocarla suavemente sobre un paño de seda, pero no quería estar lejos de ella… quise plantarla en un jardín privilegiado, al cuidado de un jardinero milagroso, pero no quería que alguien mas la tuviera… quise guardarla en un cofre de oro, bajo llave, donde nada pudiera lastimaría, pero no quería extrañar su aroma… quise tantas veces alejarla de mi lastimoso llanto, pero quería que ella me consolara… quise una vez ponerla sobre otras manos suaves, que estuviesen quietas y que no pudieran estrujarla… quise hacerlo, por temor a asesinarla, pero mi egoísmo al querer tenerla siempre, me hizo envolverla en un celoso abrazo….

Supuse poder mantenerla viva, recostada sobre las palmas de mis manos, supuse que mi calor la haría feliz, y pretendí tenerla a cada segundo, siempre…

Pero mis tempestuosos alaridos, la iban aniquilando lentamente, y al notar su sufrimiento, ocupe una mano para lacerar mi cuerpo como castigo a mi negligencia, dejando mi amada rosa solo sobre una débil y temblorosa palma callosa, al borde de una caída inevitable, así que sin pensarlo cerré el puño, estrujándola por accidente… y al ver que los pétalos caían precipitadamente… me encerré en una rabia tan contraproducente contra mi, que se convirtió en una irreversible demencia, lacerando mi casto concepto de amor…

Y lo pétalos seguían cayendo, y la rosa se volvió hostil, sus espinas resurgían rasgando cruelmente el tallo, volviéndose oscura, y fría, perdiendo apariencia y aroma de rosa… los finos y tersos pétalos, se volvieron duros y rugosos como corteza… y mi corazón afligido se perdía aun mas en la ingrata demencia…

Quise entonces de nuevo despojarme de ella… por temor a que sus espinas se incrustaran en mi corazón, pero no quería tenerla lejos… por que aun la amaba… quise guardarla en un cofre, por que su apariencia me causaba miedo… quise enterrarla en algún valle escondido… quise apartarla de mi risa lunática… quise dársela a algún otro que pudiera domarla… pero no lo pude hacer, por que aun la amaba… quise regresarle su belleza, paro yo ya no tenia ni siquiera la mía…
Y sobre mis manos la tenía postrada, pero estas sangraban, pues sus espinas mi piel rasgaban, era tan tosca que cualquier movimiento no propio podría provocar que ella lacerara mi rostro, su aroma era tan fuerte que mareaba y aturdía mis sentidos…

Quise entonces que me mate, pues su grotesco espíritu me lastimaba demasiado, pero ella se rehusó hacerlo… quise entonces matarme, pero ella amenazo con enterrarse así misma sus espinas para igual morir… y como la amaba, no pude hacerlo…
Y me siguió hiriendo su presencia pero no quería tenerla lejos… y ella… quería estar conmigo, aunque yo la lastimara…

Así que un día, uno en que amanecí mas demente y triste que nunca, tome un hacha poderosa, con la que le corte las espinas, y la crucifique en un cielo rojo, para que no pudiera hacerse daño… y con un revólver, me dispare al corazón, y así, casi completamente desvanecido, escuche que la rosa, en un deprimente grito pidió que la matase, para no quedarse así por siempre, triste y maldita, pidió que le disparara para que juntas podamos ir o donde la muerte nos arrastrara, así que con mi ultimo aliento, le apunte y jale del gatillo… pero la bala no llego a tocarla, y la rosa se quedo ahí, crucificada en un cielo rojo, y conmigo bajo de ella.

loki

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