INCINERAR EL ALMA

INCINERAR EL ALMA

Para calmar la enfermedad del dolor
incineró su alma en mantos de fuego
las vísceras reventaron  por el veneno
se embebieron  de sangre y  estiércol.

La traición perversa torturó su razón
el cáncer destructor diezmó el recuerdo
a mansalva  trituró  toda ensoñación
instalando en su psiquis el infierno.

Se persignó sin mirar de frente a dios
le conmovió la maldad  del anticristo
le declaró la muerte al romanticismo
se entregó a las sombras del abismo.

Se hundió entre la tempestad del rencor
mutiló con saña cada parte de su cuerpo
gatilló mil veces hasta enfriar su corazón
crucificó sin piedad la inocencia del amor.

EURIDICE CANOVA
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