Oda a esa manera de morir

Oda a esa manera de morir

Duele saber cambiar
y ser el mismo,
hundirse en todo para nada,
duele el abismo en el espejo.

Duele en sueño
burilado en el cuerpo de la balas,
sobre todo cuando el blanco
tiene alas y no vuela.

Duele el hambre
que no come porque el rico,
el rico que se come porque el pobre,
duele el abanico que nos ata.

Duele la nada
que con farsas nos engulle,
el tiempo pasa y el día a día mata,
duele aquel que huye sin destino.

Duele la herida
y los ungüentos del sonoro icor
un dios con ardor muere adentro,
duele morir sin renacimientos.

Alejandro Urízar
Guatemala